lunes, 8 de junio de 2015

Bella y oscura, de Rosa Montero

Introducción
En este trabajo se pretende analizar el libro llamado Bella y oscura de Rosa Montero.

Se estudiará el argumento, a la autora y se prestará especial atención a la estructura de la novela haciendo una breve reflexión sobre el mundo fantástico que envuelve la obra e igualmente sobre el título de la misma.

Esta novela es de la periodista Rosa Montero, está escrita y publicada en 1993. En su séptima novela, narra el viaje a la memoria de una pequeña niña. Es una obra ágil, muy bien estructurada en 32 capítulos, con un lenguaje sencillo y cercano mostrado por su narrador.


Argumento y personajes

Veremos ahora el argumento de la obra y la relación entre los personajes para definirlos brevemente.

Argumento

El argumento de la obra se centra en la experiencia de una niña que se va del orfanato para ser acogida por su abuela y tíos, una peculiar familia. Una nueva vida que comienza para ella en la estación de tren. Esta llegada a la estación simboliza la llegada a su nueva vida, supone, simbólicamente hablando, su nacimiento.

Esta niña, cuyo nombre desconocemos y que solo la nombra una persona en toda la novela bajo el cariñoso apodo de Babá, narra las cosas que va descubriendo del nuevo barrio al que ha sido trasladada: lo que ocurre en las asfixiantes paredes de la casa y lo que sucede en las peligrosas calles.

En esta nueva vida de la niña vamos conociendo a los demás personajes, un tío que apenas tiene voz en casa, a su mujer una asustadiza Amanda, a su invisible hijo Chico y a la abuela, la gran matriarca de la familia: Doña Bárbara. Sin olvidar el misterioso papel de la enigmática enana Arelai, invitada a pasar una temporada en la misma casa con la familia. Todo para descubrir que pasó con el padre de la pequeña Babá.

Así se presenta una trama donde la protagonista solo tiene la ilusión y esperanza de reencontrarse su padre, el hijo predilecto de doña Bárbara. Así va comprendiendo la situación de su familia y por qué su padre se marchó. Hay una enana de por medio, corazón y alma de la casa, que hará la vida de la pequeña más interesante, mientras va interiorizando las normas del barrio a base de lecciones con los profesores menos adecuados.

Intriga, misterio, celos y envidias familiares, todo ello envuelto en un ambiente tenso visto bajo los ojos de una niña que, a medida que crece, va entendiendo relevantes hechos que van apareciendo de una sutil forma mientras se pasan las 197 páginas y un final inesperado, que representa un inicio nuevo.

Personajes

Todos los personajes que aparecen en esta novela están relacionados entre sí. En este trabajo nos centraremos en los principales, dejando a un lado otros personajes secundarios, que están menos presentes. Por lo que analizaremos brevemente a siete personajes y así se podrá explicar con detenimiento sus características, el roll que toma cada uno de ellos en la obra.

Primero comenzaremos con Babá, quién es nuestros ojos y nuestros oídos en la obra. Una niña que no recuerda lo que ocurrió en su vida anterior a su llegada a la casa de su abuela Bárbara. Ella con la inocencia propia de los más pequeños, es prudente, valiente ya que decide explorar el barrio, comprobar por sí misma que las normas que le va enseñando Chico son las más adecuadas: pasar desapercibido hará que sobrevivas. La ‘maduración’ del personaje llegará cuando su abuela fallezca.

Chico es el único primo de la protagonista, unos años más pequeño que ella. Comparten cuarto y enseguida Chico le va enseñando cómo funciona allí la vida, trucos, calles, nuevos habitantes,… Este personaje es muy callado, excepto cuando está con su prima. Es tímido, miedoso y discreto, como dice Babá, Chico había aprendido a hacerse invisible. Toda su inseguridad viene por su madre Amanda, por las palizas de su padre y por la exclusión de su abuela como venganza hacia el rechazo que le produce su padre.

Amanda es la madre de Chico, mujer de Segundo y la tía de Babá. Es la encargada de recogerla en la estación, es la carta de presentación a la familia. De aspecto frágil por fuera, como por dentro: es insegura, miedosa, que no quiere arriesgarse a vivir su propia vida, siempre supeditada a las amenazadas de su marido Segundo y a sus reacciones desmedidas corroídas por la envidia hacia su hermano. Amanda es una mujer que no toma partido, que trabaja laboriosamente en el cuidado de la casa, encerrada en las cuatro paredes que hacen de refugio y de escenario de las peores batallas.

Segundo es el hermano de Máximo padre de Babá. Durante el transcurso de la novela, aparece y desaparece, queriendo ser (pero no llegando a conseguirlo hasta el final) el rey de la casa. Cobarde, con mal genio, atormentado, Segundo teme a su madre doña Bárbara. Es nervioso, ya que oculta varios secretos, un montón de dinero y recae sobre el la culpa de que el hijo preferido de su madre no se encuentre en casa. De costumbres pirómanas, se encarga por segunda vez de quemar la casa, en esta segunda ocasión sin causar ninguna muerte. En el primer incendio murió la madre de Babá, la mujer de Máximo. Tras el segundo incendio se convierte en un tirano de su nueva casa hasta que se acerca el final y llega su hermano Máximo.

Máximo aparece en una única ocasión en toda la obra, pero está presente durante toda ella ya que es la esperanza que mueve la existencia de Baba, su hija. El papel de Máximo es fundamental ya que pone justicia cuando llega: baja del trono a su detestable hermano. Cuando vuelve reclama su dinero, objeto de deseo por todos aquellos que conocen su existencia y protagonista de varios enfrentamientos en el barrio. Máximo, el favorito de doña Bárbara finalmente se fuga con la misteriosa Arelai.

Doña Bárbara es la matriarca de la casa, la abuela que todo lo organiza, jefa de su casa de los que viven en ella. Es una señora, con mayúsculas, apenas sale de casa (excepto cuando tiene que hacerlo para ‘declarar la guerra’ a sus enemigos) y cuando lo hace lleva sus mejores galas. Le gusta disfrutar de los paisajes, sobre todo si hay agua de por medio, también es asidua a pasear por cementerios y a acoger gatos, quienes tienen un cuarto reservado de su casa. Es de pocas palabras, pone una gran distancia con los de su alrededor, no olvida quién es y su autoridad es reconocida por todos, a pesar de la edad de esta anciana sigue infundiendo miedo a su adversario, y sigue mandado y siendo obedecida. Adora a su hijo Máximo y aborrece a Segundo, a cuyo hijo Chico margina. Pero los últimos meses de su vida, cuando Segundo decide tomar las riendas, ella se va apagando poco a poco, hasta que su fuerte carácter desfallece, consumida en una cama con vistas a nada.

Arelai es de todos los personajes la más misteriosa. Se podría hacer un trabajo solo de ella. Es una enana, liliputiense, de proporciones perfectas, de edad indescifrable, con miles de historias a cuestas, con arcones y baúles llenos de recuerdos de sus viajes. Desde que de pequeña fuera una diosa India, hasta que se hizo amiga de una ballena varada que se utilizó como espectáculo de un pueblo marinero. Se desconoce su origen, su vida, al igual que se desconoce como una mujer que ha conocido tanto mundo se quedó durante una larga temporada en casa de doña Bárbara ayudando a la familia. Es generosa, ya que, por ejemplo, estaba ahorrando para darle dinero a Amanda para que se fuera y dejara a su marido, o ha aportado dinero a la casa en momentos de necesidad.

Trabaja como maga al principio de la novela, y más tarde se dedicaría a la profesión más antigua, siendo descubierta por la pequeña Babá en la calle que ‘despierta’ por las noches y en la que los niños tienen prohibido pasear.

Es la que traslada esa magia a la casa y para la protagonista Babá, Arelai, tiene un magnetismo que hace querer estar más con ella, saber más de su vida y de sus historias.  Al igual que Chico. Pero solo cuenta parte de las historias, no sabemos la realidad de su vida, ni donde verdaderamente vivió o se crio Arelai, pero eso no interrumpe la trama. Esta liliputiense dice tener un don, y finalmente la obra nos descubre que el destinatario de sus cartas de amor (que están en posesión de Chico) es Máximo. Este personaje, con su anomalía física es muy utilizado por la autora, quién usa a seres excepcionales por su aspecto físico en sus obras.

Análisis

A continuación haremos un breve análisis de los distintos aspectos de la obra. Desde el narrador, hasta el espacio y tiempo, estructura y el mundo fantástico.

Narrador

El narrador de esta novela es un narrador personaje, protagonista para mayor inri. Es un narrador intradiegético, ya que el narrador está dentro del relato. Va narrando lo que conoce, que lo ocurre nos lo transmite. El hecho de que el narrador, de que el personaje muestre los hechos hace que se dé un realismo psicológico en la obra, no nos cuenta como debemos ser, no es moralista, sino que nos dice como somos, con nuestras miserias y riquezas.

Este narrador testigo no es digno de confianza, ya que al ser una niña pequeña se pierde la noción del tiempo entre otras muchas cosas y desvirtúa la realidad.

Estructura

La obra se divide en 32 capítulos, sin numerar y si titular que corresponden a varias etapas, o sucesos vividos por la niña protagonista. Podemos decir, que el libro sería como el cuaderno de bitácora de Baba.

Cada capítulo pertenece a un suceso, a un acontecimiento ocurrido en el barrio que no marca la fecha. Comienza con un inicio en el que se cuenta todo lo que ocurrirá y de ahí, la novela se desarrolla en un flash back.

Espacio y tiempo

El espacio en esta obra es impreciso. Se nos describen las calles y las plazas como si pudiéramos estar ahí, e incluso nos transmiten los personajes la impresión que en ellos produce, como por ejemplo la calle violeta o en la escena de las chabolas. Pero no sabemos dónde transcurre la novela, en qué pueblo o ciudad es, nadie la nombra en ningún momento. No es necesario saberlo para conocer El Barrio, sabemos que es un barrio marginal.

El barrio sabemos que es propio de clase baja, de trabajadores, hacia las afueras de una gran ciudad. Un sitio pequeño donde las gentes conocen la vida de los otros, con todos los detalles pormenorizados sobre las desgracias de otros.

Y en cuanto al tiempo, tampoco está definido. Entre capítulo y capítulo, que es como el diario de la pequeña protagonista, se narran por temporadas pero no sabemos exactamente cuánto tiempo ha pasado desde que la niña llegó al barrio. La autora nos va mostrando que mientras el tiempo transcurre, Baba crece, comienza a ver el mundo con ojos distintos, algunos vienen, otros se van, pero el barrio sigue igual, con sus mismas normas, con más parques y más fuentes, pero no cambia. Es un barrio estático donde ni el tiempo sirve para cambiarlo.

Mundo fantástico

El mundo fantástico de esta obra adquiere un carácter fundamental que se materializa en la figura de la enana Arelai. Todo ello visto desde el prisma de una niña, con la inocencia e ignorancia que le corresponde, ayuda a dar verosimilitud al mundo imaginativo que crea Rosa Montero.

Este asunto será fundamental para entender la obra de esta autora, ya que desarrollará varios trabajos a raíz de este tema, como por ejemplo su obra La loca de la casa.

Los toques de fantasía en esta novela sirven como balón de oxígeno a la familia, sobre todo a la pequeña protagonista, suponen una evasión de las penurias que sufren, sobre todo, las mujeres de la casa y los más pequeños (Chico y Baba). Hay una deformación que da entrada en la novela en lo imaginativo, lo irracional, lo onírico.

Ese mundo fantástico hace de la existencia de los personajes más llevadera, tiene un porqué: hacer más agradable la vida, tan sufrida para algunos. Esto nos lleva a la idea de que la fantasía, la imaginación es tan necesaria en el ser humano como el aire.

Temas principales.
Se puede decir que uno de los temas principales que se desprende y subyacen de la novela es la presencia de la mujer, con tintes feministas pero sin ser radical. En una entrevista en 2003 Rosa afirmó que se considera feminista o antisexista pero que detesta “la literatura militante, es la traición de lo que es el sentido de escribir. El sentido de escribir es la búsqueda del sentido de la existencia”.

Por lo que la mujer en esta novela tiene un papel más que fundamental: cada mujer representa un rol diferente, pero siempre son personajes empáticos, con los que el lector puede simpatizar. Las mujeres representan los valores, mientras que los hombres muestran la peor imagen del ser humano.

Por ejemplo, Baba es la inocencia. Amanda, es una mujer sumisa pero el lector logra entenderla porque representa la constancia. Doña Bárbara representa la fuerza, la fiereza de la mujer que protege a los suyos y a su casa. O Arelai, que representa la mujer independiente. Todas estas características positivas están presentes en la mujer, producen empatía con el lector. Por el contrario, los hombres que aparecen en la novela, se presentan como malvados, posesivos, agresivos y dominados por sus impulsos. Solo se libra de esta acepción Máximo, que a pesar de ser autoritario, supone la liberación de la familia.

Otro de los temas principales que se narra es el mostrar la vida, tal y como es, sin idealizarla. Las miserias vistas con ‘normalidad’. La vida no es toda aparentemente, como dice la expresión, de ‘color de rosa’. La vida es una batalla constante, en la que tienes que estar alerta, y entre combate y combate, aparecen momentos fugaces de felicidad. Lo que nos lleva a otro de los temas fundamentales aquí: la lucha por sobrevivir.

La supervivencia entre seres humanos, con sus miserias, virtudes y sobre todo defectos. No aparecen personajes perfectos, sino reales, a pesar de estar en mundo imaginativo e inventado, uno de los temas ya comentados arriba.

Y, por último, se destaca como tema principal la inocencia de la infancia, de los niños. Cómo los más pequeños de la casa tienen una percepción diferente de la realidad, y como categorizan de manera diferente las situaciones de la vida, cómo para ellos no tiene importancia los problemas, sino las nimiedades de la existencia. Por ejemplo, para Baba no es relevante el problema que se vive en su casa, sino que no se metan con ella en el barrio.

Reflexiones sobre el nombre de la obra.
El nombre de esta novela de Rosa Montero tiene una carga narrativa muy importante para inmiscuirnos no solo en la obra, sino en toda la narrativa de la autora.

Basándome en estas palabras de la propia autora, en marzo de 2011, comenzaré mi reflexión: “Son como altibajos, una montaña rusa. Porque el esplendor de la vida sigue. La vida es espléndida y es oscurísima. En el duelo, la oscuridad y la esplendidez se manifiestan de forma más cruda”.

Dos adjetivos, aparentemente contrarios, pero que no pueden estar más cerca de la realidad: bella y oscura.

Empecemos por el principio: bella, es el adjetivo que se refiere a la belleza, que, según la RAE, es la propiedad de las cosas que hace amarlas. Y oscura, que carece de luz o de claridad.

¿Cómo pueden ser estas palabras la mejor definición de la vida? No hay una repartición justa de la felicidad, ni del dolor o sufrimiento, pero aun así, esta situación de desigualdad enaltece la raza humana.

Gente que lo tiene todo y es infeliz, y gente que no tiene nada (solo dificultades) y que viven en paz. Gente honrada y pobre, gente poderosa sin escrúpulos. El mundo en sí es una contradicción, pero en su contradicción está el misterio de vivir. Este es nuestro hogar.

Rosa Montero, empieza desde el mismo título de la novela a decirnos algo, que veremos en el libro y en las calles. Esa antítesis es la vida misma, es la vida real.

Autora: Rosa Montero

Rosa Montero, nacida en Madrid en 1951, es una prestigiosa periodista que también estudió psicología y que actualmente compagina su trabajo de escritora con su oficio, el periodismo, en el periódico El País.

Autora de varios libros como “La loca de la casa” o “La ridícula idea de no volver a verte”, ha sido galardonada con varios premios como el Premio Nacional de Periodismo en 1981 o el Premio de la Crítica de Madrid que otorga la Asociación de escritores y críticos madrileños (AMECL) en 2014.

Con más de 15 novelas a sus espaldas y varios relatos, Rosa Montero se ha consolidado como una de las escritoras más importantes y más leídas de nuestro país, declarándose abiertamente feminista. Carga a sus espaldas novelas como Temblor, La hija caníbal, La función Delta o La loca de la casa. Pero fue su primera novela quién le dio la fama: Crónica de un desamor.

De estas obras se desprenden los temas que más inquietan  Rosa Montero como puede ser la soledad, el papel de la mujer o lo fantástico y policíaco.

Aficionada al teatro, comienza desde muy joven a escribir. Cuando tenía tan solo cinco años contrajo una tuberculosis que le impidió hacer la vida normal de otros niños, por eso hasta que se curó a los ocho años, Rosa comenzó a escribir, oficio que le acompañaría toda su vida.

Para ella, según una entrevista realizada por el ABC en marzo de 2013, la escritura y la imaginación van de la mano: “Tienes que contarte tu vida para que tu vida tenga sentido. Somos una pura narración, cada vez lo veo más claro, somos palabras ansiosas de sentido, necesitadas de sentido. Somos una narración en construcción y nuestra vida depende de la narración que nos hagamos, así de simple. En cuanto que cambiamos la narración, cambiamos nuestra vida”.

Una de las opiniones más interesantes de Rosa Montero es lo que no pretende hacer con sus libros: “No escribes para enseñar nada, sino para aprender, y de hecho aprendes, sabes que eres mejor que antes de escribir el libro”.

Conclusión

Como conclusión de este breve pero fructífero análisis llegamos a la confirmación de que el papel de Rosa Montero como periodista no ensombrece su labor literaria, sino que la realza. Es tan brillante en un oficio como el otro. El arte de su escritura nos lleva a sumergirnos en otros mundos que, aunque sean fantásticos o imprecisos, no dejan de llevar una carga social que se puede aplicar a la situación actual.

Una narración impecable, muy bien construida y coherente hace que te traslades por completo al mundo creado por Montero.


Para finalizar, me gustaría terminar con una declaración que la propia autora dijo: “Somos palabras ansiosas de sentido. Somos narración en construcción y nuestra vida depende de la narración que nos hagamos. En cuanto cambiamos de narración, cambiamos nuestra vida”.

3 comentarios:

  1. se les ocurre alguna pregunta de investigacion sobre esta obra para monografia?

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