Las tierras áridas que acoge Jumilla son unos campos con una gran tradición
enológica desde tiempos lejanos como la Romanización hispánica e incluso antes,
ya que una excavaciones arqueológicas han encontrado restos de vides cultivadas
de hace 5.000 años.
Estas tierras de la Región de Murcia albergan más de
cuarenta bodegas, algunas de ellas con numerosos premios y con ventas a nivel
internacional siendo abanderados del vino español fuera de nuestras fronteras.
Uno de estos ejemplos es la de Juan Gil Bodegas
Familiares. Esta empresa ha ido cosechando éxitos gracias al esfuerzo y al
cuidado que ponen en cada uno de los procesos de la elaboración del vino. En
sus inicios, el vino de Jumilla era un vino seco y árido, un vino muy alejado
de lo que ahora se puede encontrar en esta bodega.
Juan Gil es el nombre que recoge cuatro generaciones
dedicadas en cuerpo y alma al vino. Desde que en 1916 Juan Gil Guerrero creara
la primera bodega, esta empresa no ha parado de crecer. Sus hijos la recuperaron en 1996, año en que que pasaron del granel al embotellado. El éxito les llega tras
saber combinar la tradición y las nuevas tecnologías puestas al servicio de la
enología, con unos depósitos de acero y un exhaustivo control de la
temperatura.
Con unos viñedos situados cerca del edificio que en sus
tripas alberga la fermentación de la uva, el control de estas valiosas vides
(algunas de ellas centenarias) es más detenido, lo que permite una observación
diaria de la uva y de su crecimiento, en unas tierras que están situadas a una
altitud que oscila entre los 700 m. y los 850 m. sobre el nivel del mar. Además,
los suelos calizos y pedregosos muy pobres en nutrientes y con ausencia de
regadío hacen que el sabor de este vino sea más intenso, con un abanico muy
amplio de matices frutales.
Con un clima extremo como es el de la Región de Murcia,
la uva protagonista de Juan Gil es la Monastrell. Una variedad propia de las
tierras murcianas que esta bodega incluye de forma exclusiva o en un porcentaje
muy alto en todos sus vinos. Pero esto no excluye a variedades que han ido
incluyendo recientemente como la Syrah, la Cabernet, la Merlot o la Petit
Verdot, causantes de los matices que se encuentran en sus botellas.
Juan Gil son unas bodegas que ofrecen productos de
calidad para cada bolsillo, con una excelente relación calidad-precio, se
pueden encontrar botellas desde 5 euros hasta más de 100.
Los vinos que en ella encontramos son tales como el Juan Gil de 4 meses, un tinto Joven con
4 meses de Crianza en barricas de roble francés y americano; el tinto de
crianza Juan Gil 12 meses y el Juan Gil 18 meses, un vino también de
crianza, D.O, con un 60% de uva Monastrell, un 30% Cabernet-Sauvignon y un 10%
de Syrah. Además posee también el Honoro
Vera Organic, procedente de viñedos de uva monastrel ecológica, y el Honoro Vera Monastrel. Completa la
colección el vino Juan Gil Moscatel Seco,
un blanco joven de uva monastrel con la D.O de Jumilla.
Vinos
con miras muy altas
Esta bodega, a pesar de cumplir su primer centenario este
próximo año, ha sabido crecer y ha apostado por la internacionalización.
Gracias a un acuerdo entre la Familia Gil y Chris Ringland, uno de los mejores
enólogos australianos, hizo que naciera la bodega El Nido cuyo primer vino se comercializa en 2002 bajo las marcas El Nido y Clío. Más tarde, en 2008 aparecerá el último nombre que formará
parte de esta bodega: Corteo.
Unas bodegas con miras altas, ya que lograron conquistar
a la crítica nacional: han obtenido una calificación de 99 puntos Parker para El Nido.
Juan Gil ha recibido varios galardones a lo largo de su
trayectoria. Cuenta con tres premios Baco, dos oros y una plata que otorga la
Unión Española de Catadores. Además, la bodega protagonista de estas páginas
cuenta con tres vinos ganadores del concurso Wines From Spain Awards 2015.
Así mismo, Juan Gil es una de las marcas españolas que
más se venden en Estados Unidos y una de las mejores consideradas. Unos vinos
que en España aún están buscando su hueco, pero que a nivel internacional va
adquiriendo éxitos, ya que está presente en los mercados suizo, alemán, francés
y en el nórdico. De hecho, un 80% de sus ventas son en el mercado extranjero.
Una bodega que luchó durante cuatro generaciones con las
vides de las difíciles tierras murcianas para poder llegar a ser reconocida por
la intensidad de sus sabores y con ello, lograr así el tan ansiado éxito.
No hay comentarios:
Publicar un comentario