miércoles, 7 de mayo de 2014

De peregrinación con Mons. Munilla


Mons. José Ignacio Munilla: “La felicidad es sufrir por lo que merece la pena”

El obispo de San Sebastián acudió a la peregrinación a Roma con los jóvenes, viajando en barco desde Barcelona hasta capital italiana para vivir la canonización de los Papas Juan XXIII y Juan Pablo II

¿Qué le parece esta peregrinación?
Soy sacerdote y creo que soy hijo de Juan Pablo II y de su estilo de peregrinar, es él el que nos ha enseñado a trabajar con los jóvenes peregrinando, a ponernos en camino. Y ponernos en camino es una imagen de lo que es la vida, es salir de ti mismo y tener una demostración práctica de que sacrificándote, haciendo una renuncia a las comodidades, puede llegar una experiencia de felicidad superior a estar tirado debajo de una palmera. La peregrinación es una parábola de la vida, enseña que en el sacrificio hay fruto, que olvidándome de mí mismo soy feliz. 

¿Qué es lo que más le ha llamado la atención de la juventud que ha viajado en este barco?

Yo lo que destacaría es una cosa, como aquí la mezcla de edades es muy grande pero sirve igual. A los adolescentes les falta mucho, se les hace más duro tener tantas charlas, pero los jóvenes un poco más maduros son un ejemplo para estos adolescentes, les enseñan y son una referencia para ellos. Los jóvenes necesitan referencias jóvenes.

¿Espera que haya frutos de esta canonización?

Sí sin duda, la Iglesia no canoniza por ponerse unas medallas, sino porque estas canonizaciones susciten santidad, deseo de entrega a Dios, basta con verlo en el propio acto de la canonización.

¿Hay esperanza en la juventud?

Sí, estoy convencido ello. Yo no veo alternativa al cristianismo. ¿Cuál es la alternativa? ¿Un ideal de materialismo y consumismo? Si entras en el camino del materialismo hay la moderación es muy difícil, todos somos conscientes. La prueba del algodón es esta: si tuvieras hijos y quisiera darles un punto de referencia ¿A dónde les vas a conducir? ¿Qué punto de referencia les pondrás?  Hay esperanza, porque la Iglesia nos ha mostrado que en la santidad está la felicidad. Algunos piensan que la felicidad es sinónimo de facilidad, pero no es verdad. LA felicidad es el camino de santidad, que no suele ser el camino del mínimo esfuerzo.

¿Se lo pasó bien?

Sí, y esto es importante. Juan Pablo II, una de sus últimas frases antes de entrar en coma  fue: ‘Soy feliz, sedlo también vosotros’. Esta frase la uso mucho, yo soy feliz y quiero compartir mi felicidad, hay que ser feliz con lo que tienes entre manos, si no la evangelización es algo teórico, como un acto académico, que no es real. Esto no es un acto académico, sino una transmisión de experiencia. No es posible ser feliz sin sufrir, sin sufrir por Cristo. Pero hay que sufrir por lo que merece la pena, eso es la felicidad. El mundo no se divide entre los que sufren y los que no, sino que se divide entre los que sufren por lo que merece la pena y los que sufren por bobadas.

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