Es una de las figuras del periodismo español, le pese a quien
le pese, independientemente de si gusta o no su trabajo. Enric Sopena, es
periodista y director de elplural.com. Nacido en Barcelona está casado con la
también periodista Margarita Sáenz Díez Trías y es padre de tres hijos. Publicó
un libro de investigación en 2008 titulado “La España de Rajoy”.
Su pelo blanco, siempre bien peinado, contrasta sus pobladas cejas negras. Siempre con su
inseparable traje de chaqueta, muy bien vestido y con apariencia burguesa,
utiliza corbata y unos relucientes gemelos para abotonar los puños de su camisa bien planchada. Este es Enric Sopena, un periodista que se ha convertido en uno de los
altavoces de la izquierda española. Firme
defensor de Zapatero, ya lo defendía con declaraciones en 2010 que hoy en día
repite: “En las críticas a Zapatero no hay ni un solo atisbo de corrupción que
lo manche a él o a su entorno”. Interesante.
En su participación en tertulias siempre aparece, al
principio, tranquilo. Habla pausadamente en programas ya extinguidos como “La
Noria” o “El gran debate” de Telecinco. Pausadamente hasta que se le
contradice. En ese momento es cuando se muestra más radical. Altivo y
prepotente suele burlarse de aquel que no comparta sus ideas.
Licenciado por la universidad de Navarra, comienza su
andadura profesional en la entonces llamada “Vanguardia española”. Nacido en
1945 Enric Sopena Daganzo ha conocido de primera mano la evolución del
periodismo español, desde la llegada de la televisión hasta el los avances de la nueva era con el rompedor
internet. La evolución histórica del periodismo español y todo lo cambiante y
variable que ha sido, va de la mano con la evolución ideológica que este
periodista ha vivido.
Que mejor cosa que hacer en la jubilación que dedicarse al
periodismo y montar un periódico. Fue en 2005: El Plural. Periódico apellidado como
“digital progresista”. Su nacimiento vino propiciado para compensar un desequilibro
a favor de la derecha española. Así lo afirmaba: “La derecha ha sabido utilizar
mucho mejor lo digital”. Y añadía: “Es progresista, porque, salvo excepciones,
los periódicos en internet giran en torno a la derecha”. Un hombre que no dudó en adaptarse a las
nuevas tecnologías, está presente en twitter con más de 6.000 seguidores.
Este periodista catalán comenzó siendo numerario del Opus
Dei, prelatura que hoy día critica mordazmente, al igual que todas las acciones
de la Iglesia católica, independientemente de si estas son buenas o malas, pero
eso no tiene relevancia para él. Luego, su vida, dio uno de muchos giros y ahora
es un fanático del “zapaterismo”. También fiel seguidor y portavoz del PSOE,
admirador de Carma Chacón, casada con uno de sus empleados favoritos: el
periodista Miguel Barroso.
En enero de 1985, bajo el Gobierno socialista de Felipe
González, le nombran director de los servicios informativos de Televisión
española, en sustitución de Enrique Vázquez. Entre los escándalos políticos de la época en que él estada
de director de TVE, vio la luz la polémica generada por la sobreimpresión de
las siglas del PSOE en la repetición de los goles de Emilio Butragueño en el
partido España-Dinamarca del mundial de fútbol de 1986, en el Telediario 2 en
junio de este año. En estos años en los que fue jefe de TVE coincide con la
época del GAL.
Sería al año siguiente, en 1987, cuando se incorporaría al
Diario de Barcelona, del que fue redactor jefe para convertirse en su director.
Polémico. Sin duda, uno de los adjetivos que mejor le
definen. Y no solo por su puesta en escena en los platós de Mediaset cuando se
junta con su colega María Antonia Iglesias. Ha tenido problemas con numerosos
colectivos.
Uno de ellos fue con la Asociación de Victimas del
Terrorismo por la defensa del asesino de Paracuellos, De Juana Chaos. Esto le
llevó numerosas críticas, una de ellas fue la de Alfonso Rojo: “El hecho es que
De Juana Chaos, un criminal terrorista sin arrepentir, en unos días estará en
la calle. Pero Enric Sopena pone el acento en otro lado,… Resulta vomitivo ver
como periodistas, con aparente pedigrí democráticos, rompen lanzas a favor de
asesinos como este”.
En 2008 Sopena y su diario digital, fueron condenados por
publicar información falsa para difamar a la AVT y a su entonces presidente, Francisco
José Alcaraz. Publicó artículos en los que acusaba a Alcaraz de cobrar hasta
200 euros diarios de la AVT, en concepto de dietas, y que su mujer recibía
3.000 euros de sueldo de la asociación.
En noviembre de 2010, el periodista Enric Sopena decidió recurrir ante el Tribunal Supremo la sentencia de la Audiencia Provincial de Jaén, que desestimó el recurso de apelación interpuesto por el periodista, tras ser condenado a pagar 2.700 euros al ex presidente de la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT), Francisco José Alcaraz, por intromisión a su honor y al de su mujer, Mamen Álvarez.
En noviembre de 2010, el periodista Enric Sopena decidió recurrir ante el Tribunal Supremo la sentencia de la Audiencia Provincial de Jaén, que desestimó el recurso de apelación interpuesto por el periodista, tras ser condenado a pagar 2.700 euros al ex presidente de la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT), Francisco José Alcaraz, por intromisión a su honor y al de su mujer, Mamen Álvarez.
Aun así, él se definió como víctima ya que se atentaba
contra la libertad de expresión, libertad a la que frecuentemente se acoge para
decir lo que le brota. El que lo que diga sea real o no, esté o no
contrastado es lo de menos.
Otro de los problemas más sonados que tuvo Sopena fue el
despido de Carlos Carnicero, uno de los columnistas principales de su
periódico, hasta que por criticar al ex presidente del Gobierno José Luis
Rodríguez Zapatero, molestó a su director, quien le despidió mediante un correo
electrónico. Carlos Carnicero, en su blog, dio su opinión sobre el asunto. No
tuvo reparos a la hora de retratarlo: “Su historia, la de Enric Sopena, es la
de un perro de presa. Primero fervoroso miembro del Opus Dei…En todas sus
épocas profesionales ha sido igual (...) Su naturaleza es la subordinación a quien
le da de comer”.
Carlos Carnicero continuó dedicando duras palabras a su
antiguo jefe: “Siento un enorme desprecio por Sopena por lo que significa de
demostración de que los comisarios políticos todavía tienen vigencia. A él
seguro que no le cuesta conciliar el sueño, porque está acostumbrado a
compatibilizar su conciencia con sus intereses”.
Enric Sopena, no es un personaje indiferente. Para los más
radicales, un ídolo. Para los más sensatos, una persona que le gusta estar en
el punto de mira, a veces, sin pensar en las consecuencias de lo que ello conlleva.
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