Las Lamentaciones
El libro de las lamentaciones está en el Antiguo Testamento de la Biblia y en el Tanaj (es el conjunto de los 24 libros de la Biblia hebrea). Forma parte de los libros proféticos. El nombre hebreo del libro es ekah. Más tarde, la literatura rabínica lo llamó qinot, que los LXX tradujeron como Trenos y la Vulgata por "Lamentaciones".
TRADICIÓN
Según la tradición cristiana es el segundo epílogo a Jeremías, se llegó a esta conclusión por San Cirilo de Jerusalén en el año 350 donde decía que era un mismo libro, que abarcaba el Baruc, las Lamentaciones y la carta. En los primeros concilios también se avalaba esta teoría. Aunque sería en el Concilio de Laodicea en el año 360 cuando se diría que las Lamentaciones eran un solo libro.
En cambio según la tradición judía este libro es independiente de Jeremías por razones temáticas y porque el uso litúrgico es independiente.
Es uno de los cinco manuscritos que se leen en la sinagoga en determinadas ocasiones, como por ejemplo por el duelo de las destrucciones sufridas en Jerusalén.
En hebreo es Eyka, en el Talmud (el Talmud es una obra que recoge las discusiones rabínicas sobre leyes judías, tradiciones, costumbres, leyendas e historias) y otros escritos judíos también se denomina “Quinot” o cantos de duelo.
ESTRUCTURA.
La estructura de este libro está muy bien estructurada y determinada en cinco lamentaciones o cinco cantos.
El primero, el segundo y el cuarto son acrósticos, es decir que tienen 22 versículos cuyas letras iníciales van en el orden del alfabeto hebreo.
El tercer canto o lamentación es igual que las anteriores, pero se diferencian en que a cada letra del alfabeto le corresponden tres versículos sucesivos que comienzan por ella.
La quinta lamentación no es un canto acróstico pero también posee 22 versículos recordando de algún modo al alfabeto.
El cuidado en la forma como se presentan los versos y lo gráfico de sus imágenes realza los horrores a los que alude. El uso de metáforas complementa el cántico y así impide la distinción de casos particulares de víctimas, generalizando el dolor. Como afirman muchos teóricos, esta es quizá una de sus características principales: es una “obra abierta”, que desafía a cada lector le dé sentido a partir de su propia realidad.
CONTENIDO.
Primera lamentación.
Trata sobre la Jerusalén desolada. La describe tras los ojos de un observador que pasa por ahí. Luego será la propia Jerusalén quien toma la palabra y habla sobre su dolor y hace una petición a Dios. El autor demuestra la desolación por el abandono de sus amigos.
Su desgracia no es causa del poderío militar de Babilonia sino por los pecados. Desde el abismo reconoce la justicia de Dios y por eso concluye el lamento con una oración al Señor que pide justicia.
Segunda lamentación.
Es la desgracia de Sión y sus causas. Al describir y poner ya al lector en la situación de Jerusalén explica los motivos: la ira de Dios. No explica el porqué sino que Dios es el enemigo porque tiene que purificarnos.
Es la indignación por los pecados de su pueblo. Es una meditación a la conversión.
Tercera lamentación.
Es el dolor personal por la ruinosa ciudad santa. Está en primera persona, donde alcanza el clímax. La emoción es máxima. Es el progreso espiritual interior: la ruina lleva a paciencia y al mirar a Dios. Esto implicará la exanimación de la conducta para llegar a la conversión que es el reconocimiento de los pecados. Pedir perdón a Dios para la salvación.
Cuarta lamentación.
La desgracia de Sión y la búsqueda de responsabilidades. En este canto se vuelve a contemplar la angustiosa situación de Jerusalén pero esta vez va en busca de los motivos y la actitud que hay que tomar antes los responsables que son los profetas y los sacerdotes.
Quinta lamentación.
Es la súplica desde la más honda desolación, es la llamada a ese Dios misericordioso en busca de ayuda. Esa conversión lleva a la esperanza en recibir ayuda de Dios.
CONTEXTO HISTÓRICO.
El contexto histórico no está concretado, lo único que se sabe es que fue tras la batalla de las tropas babilónicas de Nabucodonosor que arrasaron el reino de Judá y de Jerusalén. Lo que se desconoce es el momento histórico, la campaña militar exacta. Se torna en el año 586 a. C. después de la caída ante Nabucodonosor. Destruyeron el segundo gran templo de Jerusalén.
Nabucodonosor vivió desde el año 630 a. C. hasta el 562 a. C. es uno de los gobernantes más conocidos de Babilonia. Reinó entre el 605 a. C. y el 562 a. C.
Es famoso, entre otras cosas, por la conquista de Judá y Jerusalén. Es llamado "Nabucodonosor el Grande", pero la destrucción de los templos en Jerusalén y la conquista de Judá le causaron una mala imagen en las tradiciones judías, pero ocurre al contrario de lo que sucede en el Irak actual, donde está su figura como la de un líder histórico.
En el año 612 a.C. Nabucodonosor, destruyó la ciudad de Nínive, capital del imperio asirio.
Judá cayó ante Babilonia en el año 605 a.C. El cautiverio de Judá de parte de Babilonia, fue llevado a cabo en tres etapas.
En el año 605 a.C. Los príncipes y nobles fueron llevados cautivos.
En el año 597 a.C. El templo de Jerusalén fue saqueado, e l rey Joaquín y 10.000 ciudadanos de importancia fueron llevados cautivos y Sedequías, último rey de Judá, fue instalado por Nabucodonosor como rey a modo de “títere”.
En el año 586 a.C. - Habiéndose rebelado Sedequías contra Babilonia, la ciudad de Jerusalén fue sitiada por 18 meses. Después de su invasión y destrucción muchos de sus habitantes fueron llevados cautivos a Babilonia.
El profeta Jeremías fue testigo de la muerte espiritual de la ciudad de Jerusalén.
AUTOR.
Se dice que la autoría es de Jeremías, pero está todo muy confuso y hay una gran ambigüedad en ello ya que los cánticos sobre la caída de Jerusalén son muy frecuentes en la literatura del Antiguo Oriente. Era un tema muy recurrido por las escuelas de escribas, en escritos sumerios, de hecho algunos se usaban como ejercicios desde Mesopotamia hasta que llegó la cultura helenística.
ENSEÑANZA.
En las lamentaciones no es lo que parece. En este libro subyacen convicciones de la fe cuando ocurre una desgracia, el saber llevar la cruz, esas convicciones son las penas y las súplicas.
La gravedad del pecado tiene unas consecuencias que nos llevan a purificarse, por eso Dios permite esa aflicción y dolor. Se ve el sufrimiento como un valor purificador.
La angustia y el dolor es la consecuencia de nuestros pecados. Dios no es un ser ajeno ni lejano al ser humano. El sufrimiento es el camino para llegar al fin, nos reconduce a la fe, a la esperanza, es decir, el dolor tiene un sentido redentor.
INFLUENCIAS, REPERCUSIÓN.
Las influencias y las repercusiones son muy trascendentes ya que han condicionado gran parte de las religiones y su concepción del dolor, para verlo de un modo sobrenatural.
Algunos de los autores que han hablado, tratado y estudiado las lamentaciones de la Biblia son:
San Juan de la Cruz: “pinta muy al vivo las pasiones del alma en esta purgación y noche espiritual”.
Teodoreto de Ciro, escuela de Antioquía, del siglo IV, racionalismo aristotélico opuesto al platonismo: “la lamentación es señal de comprensión y cariño”.
Santo Tomás, que dice que primero la ciudad llora y que luego implora misericordia.
Dobbs-Allsopp que en 1998 publicó un estudio sobre el lenguaje de Lamentaciones, comparando los trazos del hebreo tradicional.
Kramer (sumerólogo) identificó un texto sumerio como “Lamento sobre la destrucción de Ur”.
Kraus remarcó algunas semejanzas de modo que pueda existir la hipótesis de una posible influencia mesopotámica en el libro de Lamentaciones.
Sobre todo se ve la influencia de Las lamentaciones de la Biblia en el cine. La enseñanza de que el dolor sirve para purificarse se ve en muchas de las películas más influyentes de la historia. Sobre todo se usa los simbolismos como el agua, la lluvia,... el dolor aparece para llegar a conseguir un fin mayor. “Sin dolor, ni sufrimiento no hay gloria”, este tipo de expresiones ya interiorizadas por la sociedad vienen de este libro de la Biblia.
Pero sobre todo tiene una gran influencia en las religiones más importantes ya que actualmente se conserva el muro de las lamentaciones, muro del templo de la ciudad santa. Este templo es venerado por los cristianos ya que allí estuvo Jesucristo y por el judaísmo. Los musulmanes también lo veneran, pero de otro modo.
Para los judíos es el edificio más sagrado, hoy se conoce como la Explanada de las Mezquitas (por la tradición musulmana) o Explanada del Templo (por la tradición judeocristiana).
Helena Rodríguez Torres.
Trabajo para el Centro Universitario Villanueva.
No hay comentarios:
Publicar un comentario