Los ángeles en la tierra

Sí, existen los ángeles y encima son de lo mas cariñosos. Es un puro acto de fe, esto es así, pero doy mi palabra de que existen.

"The Boss" (el verdadero) de vez en cuando nos hace un guiño y nos manda algunos. Y es que las PERSONAS que tienen síndrome de Down son así, angelitos. Una vez me dijeron algo que me encantó referido a estos seres tan humanos: "Dios se merece tener hijos que libremente no le ofendan".

Dan su cariño gratuitamente, el mejor de los regalos. Que capacidad de darse... me abruma. Sí es cierto, no lo negaremos que cuesta esfuerzo y trabajo cuidarles, pero si hay amor de por medio nada importa. Recojo las palabra de la película de Gladiator: "todo lo que hagamos tiene su eco en la eternidad", así que su trabajo abnegado tendrá su recompensa. Y gracias a ese modo de vida tan altruista la gente escribe su paso por esta vida tan efímera.

¿Por qué nos pueden los prejuicios? a veces pienso que se actúa más por el miedo a lo que pueda decir "la gente" que por la ilusión de encontrar la felicidad. Y este balance no mola. Los prejuicios nos matan, al igual que el miedo paraliza. Pero hay un antídoto a estos males: la sonrisa. Si se sonríe todo cambia y estas limitaciones desaparecen, además de que se contagia...

Pienso que esta sociedad falta cariño y humanidad, y en gran parte es porque faltan personas con síndrome de down. Estas personas te santifican, es la prueba viva de que el la bondad humana está intrínseca en nosotros mismos. Te dan alegrías, te dan libertad, te abren puertas que ni sabías porqué las tenías cerradas,... un sinfín de posibilidades.

Hoy como día internacional de la familia es importante hablar de las que tienen el privilegio de tener ángeles. Aplaudo y me quito el sombrero en caso de llevarlo, por sus madres. Es el empeño de estas, que siguen adelante sin importarles nada, contra todas las adversidades que no son pocas, las que hacen que estas personas puedan existir gracias a su valentía digna de admirar. Ellas si son verdaderas heroínas, y encima sin trajes estridentes que llamen nuestra atención.

Por esos sobrinos que adoran a esa tía, por ese hermano mayor que cambió por la existencia de ese niño, por esa prima que dedica su tiempo libre a pasar ratos con él... por tantos y tan pocos. No fue fácil encajarlo ni asimilarlo, pero cuantas gratificaciones a lo largo de su vida pueden aportar. Esos detalles, esa perfección que hacen que cualquier gesto por simple que sea esté lleno de ilusión. Ese tornado de sentimientos puros que te producen cuando estás en su presencia. Cuando se emocionan con tan poco y como te transmiten esa emoción, aunque solo sea jugar con un perro, el mundo parece digno de ser explorado.

¿¿Incapacitados?? Sí, incapaces de hacer daño, esa es su única "incapacidad", ojalá todos tuviésemos eso. Que nadie diga nunca que no pueden hacer o hasta donde no pueden llegar, porque les dejaran la boca bien abierta cuando vean que esas barreras las superaron y con creces. Que nadie limite a nadie, porque eso en mi país es un reto, una tarta que pones encima de la mesa.Y sabemos lo que podemos llegar a hacer por conseguir una buena tarta...

Solo queda darles las gracias a esos afortunados que tienen su presencia. Aquí en el mundo real, desciende la generosidad y aumenta el egoísmo, aquí donde falta cariño y entrega, aquí sin ellos, todo es un aburrimiento. Así nos va en esta sociedad con ese "cambio"de valores,... sin ángeles a los que cuidar, sin ángeles de los que aprender.

Helena Rodríguez Torres

PELÍCULA: Yo también (Pablo Pineda).

CANCIÓN: La primavera trompetera, los Delincuentes.