sábado, 26 de mayo de 2012

Estación Alsacia

Ya hace un año de esto...
Esta vez el viaje fue distinto. En el vagón de metro no se veía la indiferencia de la gente que esperaba llegar a casa, sino que se respiraba tensión. No era una tensión común y corriente, eran más bien nervios. Nervios por estrenar algo nuevo: su estación de metro.

Después de  la vieja estación de las Ventas surgen ahora viajeros encantados y sobre todos orgullosos de conseguir esas nuevas paradas de metro para ellos. Hoy todos miran hacia arriba viendo los nuevos decorados de “su” estación.

Bajamos aquí, esta es nuestra parada, Alsacia. Tras dudar entre varias salidas y chocar con 7 paradas de autobús, vemos una plaza con estatuas de acero y es ahí cuando nos acercamos a la gente, a ver qué piensan.

Como siempre hay gente en contra y a favor, pero sí hay un hilo de satisfacción, “sí, se nota el nuevo metro, aunque aún es pronto, pero los fines de semana se notan”.

Entramos en el centro comercial de “las Rosas” allí entre carritos de la compra, bolsas cargadas y niños gritando observamos varias cosas entre ellas ¡que hay gente! Y esa misma gente está contenta, una empleada de “el Carrefour” se siente orgullosa: “sí, el metro está genial, llegas antes y así contaminamos menos”, otros por ejemplo simplemente recogen lo que es suyo, lo que se merecen: “ya era hora, que aquí parece que estamos perdidos”.

La cuestión es la siguiente: la vida en este barrio de San Blas ha cambiado.

Al acercarnos al centro comercial vemos a la gente distinta, los empleados parecen ocupados y agradecidos a la par, como bien nos dicen varios empresarios, que esto es de agradecer ya que en este momento tan pésimo en la economía española lo que se necesita es que la gente compre y pierda el miedo. El metro ha ayudado en este sentido, más gente se acerca al centro comercial y aunque no lo quieras como dicen, “algo cae”.

Solo escuchamos halagos por esta ampliación de la línea 2, pero indagando un poco más encontramos que la mayoría de los empleados viene a pie o en su propio coche, vemos también que la gente que va a comprar usa el parking, y que en los bares cercanos a las inmediaciones del centro comercial “Las Rosas” están decepcionados.

Decepcionados porque tras estar más de un año con obras junto con sus locales (lo cual hace que ni te plantees tomar un café tranquilo por los mismos ruidos de la obra) no les dieron la presunta salida de la boca de metro en su misma acera. Estos hosteleros nos confirman que se les prometió una salida de metro junto a sus locales y que con ello recuperarían las pérdidas causadas por las obras.
En cualquier caso la línea 2 ya está ampliada hasta Las Rosas, a esta le sigue la ampliación de la línea 9 a Mirasierra, tras la promesa electoral de la candidatura.

Muchos vecinos nos cuentan que durante estos 4 años de mandato, los políticos no ha hecho obras hasta el final: “apuran al máximo porque saben que si no lo hacen reclamaremos y no les volveremos a votar” así nos lo asegura Antonio, un jubilado que encontramos paseando por los alrededores. Despues de sus quejas sobre los políticos nos dice que solo hacen las obras por campaña electoral, que realmente no se preocupan por los ciudadanos, que la ampliación de la línea 2 es para “mantenernos callados y contentos”.

¿Preocupación por el ciudadano o preocupación por mantenerse en el poder? La eterna cuestión sobre los políticos y sus actos. Cumplen la mitad de sus promesas electorales, porque la otra mitad se harán en la proxima candidatura, porque claro hay que mirar hacia el futuro...

Otra cuestión dificil es si todo está polemizado, ¿somos marionetas en su juego político? Nos ponen una nueva estación de metro y la gente tan contenta, asi evitamos otros asuntos un poco más delicados como en la actual crisis económica, la sanidad española o el tema de las pensiones en España, o quizá para no mirar lo que pasa fuera de nosotros, es decir, lo que pasa en Libia, en Egipto, en el mundo árabe. Porque ¿por qué preocuparme en otras gentes que están mal si soy yo mismo el que estoy mal? Quizá ese victimismo es el que no nos hace avanzar. Quizá el mirar de forma egoísta, solo pensar en nosotros es nuestro peor enemigo, regodearnos en nuestros problemas es lo que nos impide seguir hacia delante.

El caso es que la gente de este barrio madrileño están contentos, al menos satisfechos porque lograron aquello que necesitaban y por lo que lucharon, “su” metro.
Helena Rodríguez Torres.

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